La piña es una exquisita fruta tropical que también puede conocerse con otros nombres, tales como ananá y naná, dependiendo del lugar del que estemos hablando. Su origen es brasilero y paraguayo, pero su consumo se ha expandido por el mundo entero debido a su riquísimo sabor y al enorme conjunto de propiedades que posee.

Su forma recuerda a la de un ovalo y su piel se caracteriza por tener una rugosidad muy densa. Además su color va cambiando según la madurez de la fruta y el ambiente en que se encuentre. Aunque la cubierta aparente demostrar lo contrario, la carne interna de esta fruta es de una dulzura y una jugosidad capaces de conquistar a los más exigentes paladares.

Adicionalmente, tiene un olor tan atrayente que no hay quien pueda resistir se a semejante tentación. Sin embrago, no son estas características de la piña lo más importante que hay que decir sobre ella, sino sus increíbles y maravillosas propiedades. Para conocer algunas de estas propiedades y beneficios de la rica fruta, continua con la lectura.

Reduce el riesgo de padecer de hipertensión

Lo primero que hay que decir es que este padecimiento es originado debido a la fuerza ejercida sobre las paredes que conforman a las arterias al momento que el flujo sanguíneo está circulando.

Esto puede ser combatido al ingerir una cantidad considerable de un mineral como el potasio, ya que ayuda a disminuir esta fuerza sobre las arterias en cuestión de muy poco tiempo. Adicional a esto, un poco de sodio podría ayudar a acelerar los efectos del potasio en el organismo.

Curiosamente, la piña posee las cualidades anteriormente descritas, por lo que se convierte en el acompañante perfecto para las personas de padecen de hipertensión arterial o que se encuentran en riesgo de padecerla.

No hay cantidades específicas al día para consumir, pero si se recomienda que sea incluida en la dieta y sea consumida con cierta regularidad, ya sea en rodajas o en jugo.

Es importante reconocer que la hipertensión arterial es un padecimiento muy serio que no debe ser tomado a la ligera.

Si ya se está sufriendo de esta enfermedad o existe la sospecha de eso, siempre hay que recurrir de inmediato al médico que ataque los efectos de este grave problema de salud o los prevenga según sea el caso. El consumo de piña es una de las tantas cosas que se deben hacer para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Excelente diurético y ayuda a una buena digestión

Una de las cosas que más caracterizan a la piña, es el rol que juega en algunas dietas propuestas por numerosos nutricionistas en todo el mundo. Esto se debe a que esta fruta posee un enorme conjunto de propiedades diuréticas y desintoxicantes que la hacen muy efectiva para la pérdida de peso y la correcta limpieza del organismo.

Entre estas propiedades destacan su muy alto contenido en Vitamina C y ácido Fólico. Adicionalmente, contiene una gran cantidad de minerales tales como el potasio, el sodio, el calcio y el magnesio. La piña se compone de agua en su mayor parte y un alto contenido en fibra.

Por si fuera poco, posee muy pocas calorías, lo que la hace un alimento idóneo para complementar cualquier dieta. Además, un dato muy importante es que la piña posee en su composición una poderosa enzima conocida como bromelina, la cual es sumamente efectiva para el proceso digestivo y la destrucción de los parásitos que atacan al intestino.

Es una estupenda fruta para tu corazón

La piña también tiene efectos muy positivos para el corazón de quien la consuma con frecuencia. De hecho, se tiene la creencia de que si se comen varios trozos de esta fruta al día las posibilidades de sufrir un infarto o accidente cerebrovascular se reducen drásticamente.

Esto sucede porque la piña actúa como anticoagulante de la sangre e impide que las plaquetas se vayan acumulando en las paredes que conforman a los vasos sanguíneos. Para las personas que están padeciendo de algún tipo de problema cardiaco, sería muy buena idea incluyeran un pequeño trozo de esta fruta en su alimentación diaria. Además el componente de potasio incluido en la piña es fabuloso para el proceso circulatorio.