Para mantener una piel hermosa con luminosidad y suave al tacto, se necesita principalmente de hidratar tu piel y humectarla, por eso es importante que aprendas cuál es el mejor momento para consentir a tu piel. La ducha es un momento fundamental en el día, pues no solo forma parte del aseo diario, sino que también puede servir para relajarte y convertir este lugar en un mini spa de cuidados para tu belleza. 

Después de la ducha, generalmente cuando usas agua caliente, provocas que los poros de la piel se abran y se escape más rápido la humedad que hay en ella, por eso es recomendable que no te bañes con agua demasiado caliente, pues tiende a resecar la piel, y además, antes de salirte de la ducha pasa un minuto bajo un chorro de agua fría.

El hecho de salir de la ducha con los poros abiertos es una gran ventaja para aplicarte cremas justo en ese momento, y poder hidratar tu piel, porque estará más receptiva para los nutrientes que contienen los aceites de las cremas, y también esta capa sobre tu piel impedirá que se evapore la humedad de la piel.

Asimismo, si quieres mejorar los beneficios de las cremas hidratantes, durante la ducha puedes usar algún producto exfoliante, que además de remover células muertas, abra el camino para que tu piel reciba todos lo bueno que te puede aportar tu crema.

Es importante además que uses un producto adecuado para tu tipo de piel, pues no todas las cremas son para todos los tipos de piel. Si eres de las que tiene una tendencia a tener piel seca, que se descama con facilidad especialmente en épocas de frío, debes usar cremas que contengan más aceites y que aporten extra de hidratación; por el contrario, si tienes una piel sensible, con tendencia a las alergias y a las irritaciones, lo mejor es que te alejes de los productos que contienen alcohol.

Asimismo, si tienes una piel con tendencia grasa, entonces debes emplear cremas con textura ligera, que sean de rápida absorción, para que no colocar sobre tu piel una capa tan densa que no permita su transpiración y entonces dé lugar a la aparición de granos o espinillas, que pueden aparecer en tus brazos o espalda.

Ten en cuenta que las cremas para el cuidado corporal, son solo para ser usadas del cuello para abajo, pues en el área de cara y cuello es necesario usar otros productos especializados para el área del rostro, ya que el grosor de la piel en esta zona es más delgado que en el resto del cuerpo, por lo que requiere cuidados especiales para mantener una hidratación adecuada.

Otro factor a tener en cuenta, es el momento del secado de la piel luego de la ducha, pues muchas mujeres pasan fuertemente paños o toallas con telas rústicas que lastiman la piel y aceleran el proceso de envejecimiento. Lo recomendable es que seques parcialmente con pequeños toques y que estando la piel todavía húmeda apliques tu crema hidratante.

Si acostumbras a ducharte en las mañanas antes de salir a cumplir con tus ocupaciones, entonces debes tener la precaución de aplicar una crema con factor de protección solar, para que te mantengas protegida de los rayos ultravioleta en tu día a día, no solo en tu rostro, sino también en brazos y piernas, donde comienzan a aparecer síntomas de la edad con la formación de pequeñas manchas. 

No obstante, si la ducha es tu última actividad del día para relajarte y acostarte a dormir a gusto, entonces puedes combinar la aplicación de la crema para hidratar tu piel después del baño, con un aceite corporal que te ayude a regenerar la piel mientras duermes. La mejor forma de aplicarlo es cuando aun te encuentras dentro del baño, pues allí habrá una mayor concentración de humedad en el aire. En primer lugar aplicar un poco del aceite de tu preferencia (almendras, jojoba, coco, etc) desde los tobillos hasta el pecho y seguidamente distribuye uniformemente tu crema hidratante.

Y si estar apurada todo el tiempo luchando contra el reloj, es tu excusa para no cuidarte y consentirte, en el mercado hay muchas versiones de cremas para ducha, que prometen darte una hidratación “exprés” antes de terminar tu baño.