¿Por qué es bueno hacer dietas DETOX  de invierno? Los beneficios de las buenas costumbres y sus efectos

 

Invierno está en pleno curso. El cambio de clima parece cerrar el año con una nueva perspectiva respecto al siguiente, y estas fiestas se están encargando de recordarnos que luego de tantos acontecimientos fortuitos vale la pena seguir celebrando la vida y cuidar nuestra salud. Es con ese mismo ánimo que estamos invitados a permanecer saludables y, asimismo, conservar esa salud reflejada en nuestro aspecto. Además, aunque cualquier excusa es buena para mejorar nuestra apariencia, sincronizarla con el impulso de cuidar de nosotros mismos es precisamente uno de los más grandes síntomas de buena autoestima. Teniendo en cuenta eso, si tenemos posibilidad de mejorar la imagen propia con el objetivo de sentirnos excelentes ¿Qué nos impide hacerlo?

 

En otras palabras, si podemos lucir espectaculares gracias a las vibras que irradiamos ¿Por qué no hacerlo? Es más, es natural que eso nos ayude a ser percibidos como personas con buenas costumbres y la gente tenga más confianza para acercarse a conocernos. Es incluso un acto instintivo si lo vemos desde el punto de vista de aquellos que estarían a nuestro alrededor, pues nada más tranquilizante que poder establecer cercanía con alguien que no da la impresión de ser una amenaza para sí mismo o para los demás. Todo eso sin mencionar que, cuando uno se quiere a sí mismo, eso se nota a leguas y otros individuos se verán tentados a contagiarse de ese espíritu espontáneamente jovial que poseemos. Y es que –empaticemos- todos queremos sentirnos cómodos con nuestra persona ¿Cierto?

 

Sobraría decir que existen tanto medidas muy sencillas como otras bastante aparatosas con tal de mejorar nuestro aspecto. No obstante recordemos que la salud, más que un hábito, es un estilo de vida, por lo que mantener esa rutina abarca muchos de los puntos medios entre las medidas sencillas y las aparatosas. Es decir, si el propósito que nos trazamos es, por ejemplo, mantener una figura naturalmente esbelta, no basta solo con ejercitarnos. Hay toda una gama de factores a considerar al moldear nuestro pensamiento en pro del objetivo trazado, y entre ellos (más allá del ejercicio) se encuentran los hábitos alimenticios.

Sí, así de sencillo. La comida representa el mayor porcentaje dentro del espectro de importancia en lo que a lozanía refiere. Esa es la principal materia prima con la que trabajaremos para producir la mejor versión de nosotros mismos, así que vale la pena conseguir los materiales adecuados amén de obtener los mejores resultados.

 

Dietas DETOX de invierno y para depurarnos de lo malo acumulado en nuestros órganos. La mejor opción para el self-care invernal dentro del estilo naturista

 

Pero ¡Atención! las dietas son tan flexibles como lo pueda exigir la meta a cumplir; no tanto por un tema de peso sino por un tema de atenerse al resultado y condiciones que establecemos previamente. Es decir, hay todo un contexto que rodea esa programación alimentaria y que no vale la pena desdeñar. Uno de esos factores condicionantes puede ser la estación del año y el momento en que los regímenes gastronómicos están transitando.

 

Cada periodo del año tiene sus aspectos apremiantes. En invierno se estilan mucho las dietas detox o desintoxicantes, ya que son las que van dirigidas a aquellos que pretenden deshacerse de las toxinas acumuladas en meses pasados. Estas dietas consisten en alimentos que cumplen con funciones más o menos encaminadas a esta misma meta. Por eso, los productos típicos de estas dietas son frutas y verduras que contribuyen, una vez ingeridas y digeridas, al proceso de depuración que se lleva todos esos agentes contraproducentes de nuestro organismo.

 

Sobre estas dietas es sabido que por lo general cumplen con un plazo estricto de actividad que evita la deshidratación y otros efectos negativos si se prolonga su habituación. Así, es clásico de estas que tengan un modelo base tal que distribuya comidas y refrigerios ligeros a lo largo del día. Se aprovecha de consumir lácteos como yogures o queso y pan von mermelada a placer, pero le sumamos un jugo cítrico para pasar esos alimentos. Luego pudiésemos continuar con algunas frutas hasta que sea hora de almorzar, entonces podríamos incluir presas ricas en proteínas como carnes blancas acompañadas de una buna ración de vegetales. El jugo de frutas es crucial también aquí. La cena puede ser, preferiblemente, alguna crema de vegetales junto a lácteos descremados u otra fruta, lo que nos asegura un patrón de ingresos ligeros pero consistentes para el cuerpo, y un régimen seguro que constantemente pueda desechar toxinas.

 

A lo que apuntamos con este proceso es a poder despejar la mayor presencia de radicales libres de nuestro cuerpo, encargándonos de nutrirnos con la ingesta  diuréticos (por ejemplo) que, después de digeridos, expulsen del organismo todas las impurezas posibles.  Quince días siguiendo estas guías suele ser suficiente para desintoxicarnos en buena parte sin alterar el normal funcionamiento del cuerpo.

Los jugos juegan un papel fundamental en estas dietas. Es menester que, si está a nuestro alcance, invirtamos tiempo y recursos para poder acompañar cada comida (además de los estadios inter-alimentarios) con zumos variados. Jugos verdes, de frutas, de vegetales, tres en uno: lo más natural que se pueda. Serán el recurso predilecto en el proceso purgante dado sus propiedades que rejuvenecen cuando se convierten en parte de nuestra rutina.

 

Animémonos pues a mantenernos saludables en esta temporada invernal. Recuerda que cada consideración que tienes contigo mismo, es un punto a favor de tu propia felicidad. Felices fiestas.